Copa del Mundo Alemania 2006

10 junio 2006

Faltan dos para el peso

No pude ver más que la primera media hora de Inglaterra (uno de mis grandes candidatos) y Paraguay por motivos futboleros -los kickers confirmaron esta mañana que le escapan al descenso directo en la c1 de la vascogermana. Pero lo que escuché por todos lados es que Inglaterra ganó, que es lo que se debe en el primer partido, y nada más. Se dijo que la pasó mal un buen rato, algo que acerca bastante a mis queridos piratas con el equipo de Pekerman. La diferencia tal vez esté en que Gerard y Lampard hacen siempre diferencia en el medio por la llegada que tienen y en Argentina eso lo hace sólo Maxi Rodríguez si es que tiene un buen día -hoy no fue el caso, estuvo bastante contenido sin llegar a jugar mal.

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Después de unos primeros minutos en los que perdió la pelota, Argentina insinuó buen fútbol durante el primer tiempo. Eso sí, no generó mucho peligro (lo que la vuelve a acercar a Inglaterra) y concedió mucho más corners de los que el bobo de cualquiera hubiera deseado. Igual el fondo, sector que más dudas genera al no haber un solo indiscutido en la línea de cuatro, brindó seguridad. Lo mismo puede decirse del Pato, el más discutido del equipo titular hasta que se produjo la desopilante inclusión de Franco en la lista (para mí que Pekerman lo llamó sólo para que no haya conventillo en los medios sobre el arquero titular. Quedó probado que no pasaba por cuánto podía afectar al grupo llevar a alguien con la muerte de un familiar cercana). El Pato se lució en los centros y tuvo una gran atajada -de pedo, pero eso no le achica méritos- después de un cabezazo a quemarropa de Keita. El más inseguro en el fondo durante el primer tiempo -después levantó un poco- fue Burdisso, aunque la seguridad con la que Sorín pasa al ataque no implique que uno pueda ser mucho más generoso con él en el comentario, por más que lo busquen obsesivamente como referente en el ataque. La sorpresa fue Heinze, que no tiró un solo samuelazo (el famoso pelotazo frontal inservible) en todo el primer tiempo y sólo un par en el segundo. Ayala fue el que más cómodo se sintió y controló sin demasiados problemas a Drogba que, si bien lo abrochó con un gran anticipo en el segundo tiempo, por tele se pudo ver bien cómo Ayala se dio vuelta y cuando lo vio solo a sus espaldas se le pegó aunque no haya servido de mucho. A Ayala le faltó sólo un poquito más de suerte en esa y un golcito para ser la figura de la cancha. Pero dicen que el gol lo hizo y no se lo cobraron. La verdad es que no estoy tan seguro si entró (desde la tele no se vio clara a primera vista en ninguna de las cámaras), desde que atajo suelo ponerme del lado de los colegas y, encima, alguna jugada muy fina en la que el referí falla nunca me pareció demasiado determinante para un partido (no jodamos con el penal de la final del 90, ese partido se perdió en la amarilla tonta de Caniggia contra Italia).

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Por suerte no se transformó en una cuestión de interés nacional donde aflore ese sentimiento torpe de que “siempre nos roban” porque un ratito después llegó el primero. Todos lo vieron, no lo voy a narrar, pero me llamó la atención que Crespo no fue a buscar ese gran centro con rosca de Riquelme. Al primer palo fueron sólo Sorín (not him again!) y Heinze, Crespo se quedó para el rebote. Extraña pero efectiva decisión del nueve grandote. Riquelme jugó bastante mal pero fue determinante. Con un pase maradoniano, de esos que no le salen a Ronaldinho por más que con la pelota en los pies sea mucho más de lo que jamás soñó Diegote, dejó solito a Saviola para el segundo. Hasta un instante antes el grito ante la tele era “temporada de conejos” y todos esperábamos que de un costado de la pantalla aparezca el dibujito de Elmer, lo bajé de un escopetazo y entre el bloguero Messi o Carlitos -recuerden que los sábados no corre el 2x1 en ningún lado, sino daba para reclamar la salida de Saviola y que metan a los dos aprovechando el happy hour... Pero Saviola se convirtió, a partir del gol, en la figura del partido. No fue deslumbrante pero, en un partido muy chato, estuvo apenas arriba de la media. El conejo se amonestó en una bobería que no vi porque me fui a la cocina a fumar (malditas casas libres de humo aunque, con buen tino, la beba responsable del depto no fumador haya sido despachada junto a la madre. A favor puedo decir que un 8º es lo más cercano a la torre del parque de la ciudad en Banfield, desde acá no se verán las papeleras pero alcanza para notar cómo no ruge un solo motor en la calle ni se pispea un alma por las veredas) y ahí todavía todos pedíamos la doble amarilla sin expulsión para el conejo, para no quedarnos con diez pero asegurarnos a alguno de los dos temibles banqueros en el próximo partido contra S&M (sin dudas, iniciales merecedoras de un doloroso anque satisfactorio pase a la segunda ronda). Para seguir en este tono se puede anunciar al segundo tiempo como “Here comes the pain!”.

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Argentina perdió la pelota y al público, que ante el embole empezó a hinchar por el más débil. Riquelme se escondió, Maxi nunca le dio una mano, Mascherano jugó el peor partido que le vi -tal vez, causa y consecuencia de haber querido evitar la amarilla-, Sorín se estancó producto del cansancio por el boludeo de un lado al otro del primer tiempo y Cambiasso literalmente no cazó un fulbo. Lo desopilante es que, con un medio estático y sin tener nunca la pelota siquiera para jugar de contra, Pekerman sacó a Crespo -grandote morrudo con facilidad para aguantarla y dormirla arriba- y mandó a la cancha a Palacio, en una movida sólo justificable para fastidiar a todos los que teníamos más ganas de ver juntos 'como en chat sobre gato viejo verón' a los dos temibles banqueros antes de que gane argentina. Los demás cambios mantuvieron el tono. El Padawan Palacio no rindió – la pelota no le llegaba nunca y un ratín después de entrar quedó como única punta- y encima parecía haber heredado los banfileños roller-botines que tenían todo el tiempo por el piso a Zanetti en cada partido de la selección. Las dos únicas llegadas fueron cortesía de la intermitencia de Román. Un tiro libre enroscado al segundo palo que parecía “pendeja borracha del tío bizarro” (el primero que la toca, la mete...) y un tiro de media distancia que Maxi definió de lujo en off-side de rebote.

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Dos jugadas por tiempo son muy poco para Román. Y ni que hablar para el equipo entero... Cada vez que querían tocar, la pelota parecía quemarle a todos. No hubo nadie que ponga el pecho, la aguante y se haya hecho dueño de la pelota. Mucho menos que haya hecho todo eso y encima sea agresivo. En los últimos veinte minutos, cuando Costa de Marfil se venía con todo, se repitieron esos foules tontos cerca del área del Pato que encierran todavía más al equipo abajo de los tres palos. Fueron sólo tres puntos con gusto a poco pero bastante justos -aunque Drogba jugó bastante bien, sobre todo el segundo tiempo, y los africanos tuvieron la pelota, pareció que además de fútbol les faltaron huevos para empatar. Insisto con que prefiero que sean menos puntos en el bolsillo pero tener más peso ofensivo y ver algo de magia con Carlitos y Messi en la cancha. La última: cómo se extraña a Bielsa en las conferencias de prensa. Pekerman clavó que Argentina estuvo mejor en el segundo tiempo y habló de la sociedad Palacio-Saviola, que desarmó sin que se hayan podido dar un pase.

(los +++ son cortesía de Hunter)

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